HALA MADRID

Hoy es día de justificaciones, aunque ya llevo años teniendo que explicarlo. Es el día que te dicen de quedar para tomar unas cañitas y tengo que contestar: Lo siento, es que hoy veo el partido. Y claro, ahí es cuando te miran raro y viene el comentario de siempre: ¿¿¿A ti te gusta el fútbol???
Que parece que te gusta, no sé, los niños con patatas fritas con salsita y una copita de vino. Pero es que este país somos así, tendemos a encasillar a todo el mundo. Tanto que se nos llena la boca con la palabra diversidad, se ve que sólo la tenemos en cuenta para los “pueblos” y “territorios”, si eres un individuo y quieres ser diverso, que te den.

Si eres chica, ya es raro que te guste el fútbol, que si estudiaste Historia del Arte, ¿¿¿cómo puedes ser tan insensible para que te guste el fútbol??? Aquí, o eres de derechas o de izquierdas, de playa o de montaña, de cine de autor o de americanadas, de tortilla de patatas con cebolla o sin cebolla, de tinto de verano con gaseosa o con limón, del Atleti o del Madrid,…

Y yo me niego, me niego a que sólo exista el blanco y el negro, me niego a tener constantemente a elegir y descartar, porque elegir no significa siempre descartar, sólo optar en ese momento y tal vez, mañana la opción sea otra. Yo quiero evolucionar, cambiar, pensar, y no encasillarme. Y me gusta el cine de Dreyer, y disfruto como una tonta con las adaptaciones de Ironman. Y me gusta leer por las noches los poemas de JRJ antes de dormir, y las novelas policiacas. Me gustan los cementerios y la feria de Agosto. El buen Rioja y el rebujito en romería. El buen jabugo y las patatas de cartucho. Y me gusta el Arte, y me veo los partidos de fútbol hasta de los alevines. Me gusta el fútbol, desde chiquitita, disfruto con un buen pase igual que paladeando un cuadro en el Prado. Me pongo de los nervios los minutos antes y grito como loca con un gol de mi equipo. Y me emociono y casi lloro cuando se levanta una orejona. Y me ponen de los nervios aquellos que nos miran por encima del hombro a los futboleros como si un manto de erudición y gilipollez les cayera por encima. Esos… esos sí que no lo pueden entender, pobres.

Y si hubiera alguna duda a estas alturas con quién voy esta noche…

¡¡¡¡HALA MADRID!!!!

 

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